La historia detrás del material que el cantante compartió con los seguidores de Patricio Rey y que la mítica banda grabó junto a una orquesta de vientos brasileña.

Desde su fundación en 1976, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota mantuvieron un crecimiento que nunca se detuvo. A punto tal que, a veinte años de su separación, la tendencia continuó y el más claro ejemplo fueron las presentaciones de su ex cantante, el Indio Solari, que llegó a brindar conciertos para más de trescientas mil personas.

A mediados de la década del noventa la banda que compartía con Skay Beilinson tenía publicados siete discos de estudio y uno en directo. Y durante todo su recorrido; incluidos el circuito under, el paso a las salas cubiertas de mayor renombre (Cemento, Paladium, Obras Sanitarias), los estadios de fútbol y los shows en todo el país; tocaron muchas canciones que quedaron fuera de sus álbumes. 

Para esa época Los Redondos planearon la grabación de un nuevo material, metiendo mano en aquel archivo del que abundaban piratas -de baja calidad en su mayoría- muy valorados entre el público, por tratarse de rarezas. Con las energías puestas en ese proyecto viajaron a São Paulo, Brasil, y registraron algunas versiones en el Estudio Be Bop, junto a la orquesta de vientos local Metaleira Mantiqueira. De regreso a la Argentina, el resultado de aquellas cintas permaneció inédito porque no convenció a los músicos, quienes se enfocaron en la salida de un disco con flamantes composiciones: Luzbelito, que llegó a las bateas en 1996.

De aquella excursión quedaron en el álbum solamente “Blues de la libertad” y “Mariposa Pontiac/Rock del país”. El resto de los tracks quedó guardado hasta ayer, que veinticinco años después, el Indio decidió compartir en su canal de YouTube “Rock de las abejas” y “Quema el celo”, en versiones de estudio nunca antes publicadas y a poco más de dos décadas de la separación del grupo.

En su libro de memorias Recuerdos que mienten un poco, en conversaciones con Marcelo Figueras (de 2019), el Indio admitió no tener un recuerdo nítido sobre cómo se gestó la idea: “Las historias apócrifas dicen que surgió de Poli y Skay, que el tirano no lo tomó de muy buena gana hasta que al final dijo no… Yo no recuerdo haberlo vivido de esa manera. No tengo claro si fue una idea por la positiva, o si simplemente dijimos de aprovechar la posibilidad de grabar con la mejor big band del Brasil y dejar registradas esas canciones viejas de algún modo. Una forma de sacárnoslas de encima”. Sin embargo, aceptó que tenía cierta reticencia a editarlas y agregó: “Di el OK, vamos. Rockanrolear temas viejos en directo se parecía mucho a un viaje de joda, una estudiantina. Tocaba la banda en cabinas al mismo tiempo, separada por paneles, y yo cantaba desde la técnica con un Shure, para que no se metiera nada por el micrófono. La pasamos bien porque me lo tomé como unas vacaciones. Yo no iba a São Paulo desde 1971. Me dediqué a esperar por respeto, ante todo. Pero me parecía que iba a salir mejor si lo grabábamos en vivo de verdad que así a mitad de camino, algo que no era ni chicha ni limonada. Y además jugaba en mí la necesidad de generar otra cosa, algo más profundo. Eso tenía mucha fuerza. A los quince días me entré a aburrir, que es lo peor que te puede pasar. Y dije: ´Acá no pasa naranja, suena todo como la mierda, salvo los brasses. Para mí no va más´. Los temas sin la Mantiqueira se escuchaban fofos, vacíos. Las grabaciones no quedaron buenas, nuestro espíritu no estaba ahí. Y entonces nos volvimos. Tampoco hubo mucha defensa por el lado de Skay y Poli. Yo creo que sentían lo mismo que yo, pero como la idea había salido de ellos…”.

Y completó al contar que su intención era “acercarme a Luzbelito, pero no estaba en mis planes llevarlo a cabo dictatorialmente. Yo no veía, no sentía que Skay estuviese raleado. Pero en fin, yo entiendo que concibo la tarea como un viaje que necesito cumplir a como dé lugar. Y quizás ahí en São Paulo haya pasado eso hasta con los más íntimos”.

En 2009 el Indio blanqueó, en una carta pública, que la separación del histórico guitarrista se dio en muy malos términos y envuelta en sus insistentes reclamos sobre la custodia del material audiovisual de los conciertos de Patricio Rey para futuras publicaciones en alta calidad. En ese contexto y teniendo en cuenta que la obra completa de la banda fue registrada bajo la dupla Solari-Beilinson, llama la atención que la autoría de las dos canciones que se publicaron ayer figuren en SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música) sólo a nombre de Carlos Alberto Solari. Ambas fueron inscriptas recién el 26 de abril de este año.

Ya en la previa al recital que brindó el 12 de marzo de 2016 en el Hipódromo de Tandil, el Indio le concedió una entrevista a Mario Pergolini, la cual forma parte del documental Tsunami, un océano de gente, con dirección de Julio Leiva y Maximiliano Díaz. Allí el vocalista habló de “traición” cuando se refirió a su ex compañero y expuso su mirada sobre la composición dentro de la sociedad artística: “Cuando yo digo mis canciones de la época de Los Redondos es porque son mis canciones. El único que hizo canciones, la melodía de la canción y el leitmotiv soy yo. De pronto después hay arreglos, adornos, hay un montón de cosas que hacen que una versión sea mejor que otra”.

Gracias a los videos que el Indio compartió en YouTube se accedió a lo que gran parte de la comunidad ricotera sentía como una cuenta pendiente, viejos temas conocidos por muchos, pero -por fin- en buena calidad. Se trata de algunas de las primeras composiciones de Patricio Rey, pero con el sonido afiladísimo que la agrupación alcanzó en Luzbelito, una de las producciones más destacadas de su enorme carrera.

Existe un gran archivo de inéditos en su larga historia, captados por el público con viejas cintas sostenidas a mano alzada en plena agitación y euforia de un pogo. Desde que se supo que esas sesiones de Brasil habían existido, estas grabaciones escalaron alto en la lista de filtraciones que su gente esperaba.
Septiembre terminó con un regalo sorpresivo de parte del Indio Solari y, de regreso a octubre, llegaron nuevas ilusiones. ¿Acaso conoceremos más de este material?