Una de las costumbres gauchescas que vienen de la era colonial es la esgrima criolla, un estilo de combate que se destaca principalmente por el uso del facón y el poncho. Jorge Prina, maestro de la disciplina y referente en cuanto a su difusión, habló con Circo Romano para brindarnos detalles de la actividad.
La idea es recrear las técnicas del 1800, incorporando también las boleadoras, chuza o rebenque, todas armas que integran el acervo del gaucho. Buena parte de ese conocimiento se fue transmitiendo de manera oral a lo largo de los siglos y, naturalmente, fue generando matices según la época, el lugar y hasta la clase social.
La diferencia fundamental según la región del país estaba en el tipo de cuchillo utilizado, porque el peón de campo combatía muchas veces con las herramientas que usaba para trabajar: en Ensenada era más común el facón, mientras que en el Litoral se utilizaba el machete, por las tareas en los humedales. Y eso influía en las técnicas a aplicar.
La situación cambiaba en la oligarquía, donde eran más habituales la formación en el uso del sable y el duelo concertado. Incluso, antes de la Ley Sáenz Peña que promulgó el voto secreto, los políticos solían hacer uso de los servicios de los cuchilleros para amedrentar a los electores y lograr que optaran por determinado candidato.
En la actualidad, la práctica deportiva es con cuchillos de goma, cabezal y en una cancha de dimensiones específicas, otorgando distintos puntajes de acuerdo con la parte del cuerpo que recibe el contacto. Ya se organizaron torneos y hay tratativas con el CeNARD para realizar nuevas ediciones.
Mientras tanto, pueden ver demostraciones en la fiesta gaucha que se hará este domingo 25 desde las 12 en la Casona de Santa Coloma, General Roca 833 (esquina La Paz) de la localidad de Bernal. Y, si quieren aprender más, también pueden ver la entrevista completa en nuestro canal de YouTube.