Crónica Andrés Birman
Foto Miss Bolivia Facebook Muestra Música

Este fin de semana, la exposición convocó a más de 40 mil personas en La Rural. Además de la feria de instrumentos, se desarrolló un gran festival con bandas en vivo.

El sábado y el domingo en Palermo se vivió una verdadera fiesta. Una década después de su primera edición, Muestra Música convocó en La Rural a una multitud que recorrió la gran cantidad de stands. Allí, los presentes pudieron testear todo tipo de instrumentos e insumos de las marcas más importantes de la industria, pero también de emprendedores independientes. Muchísimos artistas y aficionados recorrieron los pasillos de un amplio sector cubierto.
Además, hubo puestos de luthería, para quienes quieran aprender sobre fabricación, sumados a los de venta de discos y vinilos.
También se dispuso de un auditorio con 350 sillas, en el que se desarrollaron clínicas y charlas.
Como si todo esto fuera poco, un escenario al aire libre sirvió para que asistan al evento los amantes de la música en general, que tal vez no se verían atraídos sólo por la feria.
En varios de los intervalos entre los shows, se pidió por mayor presencia de mujeres trabajando en la parte técnica de los espectáculos.

Sábado 14: Para todos los gustos

Tras los shows de Coverheads y Peteco Carabajal, muy temprano y ante una convocatoria que disfrutaba unos mates al sol, Litto Nebbia y Ricardo Soulé repasaron muchos de sus clásicos fundacionales del rock argentino. Se destacaron “Rock de la mujer perdida”, “Ritmo y blues con armónica”, la hermosa “Libros sapienciales” y “Canción para los inocentes”. Promediando el show, el ex Los Gatos confesó: “Así nos gusta tocar; organizando el repertorio, pero también improvisando”. El dúo dejó la escena con “Quien quiera oír que oiga”.

Cerca de las tablas, empezaron a flamear las banderas de palo, porque faltaba poco para que llegue La Chancha Muda. El septeto interpretó una decena de tracks muy festejados por sus entusiasmados seguidores. “Incinerador” y “Sobre las canciones deformes” iniciaron la lista. La combativa “Verso” ajustó el sonido y levantó los aplausos más fuertes del público. El vocalista Gonzalo Pascual calificó de “paradoja” al hecho de tocar en ese predio “porque La Rural es un símbolo de los acontecimientos más oscuros de nuestro país”. “Mar de fueguitos” y “Bicho” dejaron todo listo para la llegada de Miss Bolivia.

Con María Paz Ferreyra el campo se transformó en una pista de baile. Apenas oscureció e irrumpió con “Tan distintos”, todos comenzaron a moverse. “Ready” llenó el ambiente de cumbia, ritmo que se apoderó también de una versión de “Gente que no” (de Todos Tus Muertos), que la cantante anticipó con un “perdón y permiso”. La artista y referente de la lucha feminista aseguró: “La música me salvó la vida, así que estar acá no es una cosa menor”. Pasó “Dinamita”, dedicada a “todos los ratis gatillo fácil”, y “Paren de matarnos”, emblema del Ni una menos. Dejó para el final “Tomate el palo” -su principal hit- y se sumó al pedido de igualdad, mayor seguridad y cupo de técnicas trabajando sobre los escenarios.

Con “La resurrección”, esta vez en clave instrumental, y “Sofía, la súper vedette”, Massacre largó su bloque, el cual transcurriría entre los ocurrentes comentarios de Walas que, luego de “Niña Dios”, pidió: “Llévenme ante su líder” y preguntó si “¿es Vidal o Larreta?”. “Te leo al revés” (de “Aerial”, 1998) precedió a “Mi amiga soledad”, “La octava maravilla” y “Heroína”, cover de Sumo. La banda incluyó “El deseo”, una de las mejores canciones de sus últimos álbumes. Antes, el cantante exclamó: “¡Viva la obesidad!”. “Plan B: anhelo de satisfacción” bajó el telón de la primera jornada de la Muestra Música 2019.

Domingo 15: La noche de los hits

Tras una jornada intensa, La Rural volvió a abrir sus puertas apenas pasado el mediodía. El pabellón interno lucía aún más concurrido que el sábado y muchos aprovechaban para recorrer los stands y probar instrumentos. Pero afuera, la música en vivo sonaría nuevamente sobre las tablas.

Minutos antes de las 17, luego de Fisura Nativa y Dakillah, El Plan de la Mariposa salió a escena. Los oriundos de Necochea aprovecharon sus 40 minutos de set para complacer a su público y, además, ganarse a quienes no conocían su propuesta. Arrancaron con “Mar Argentino”, seguida por “La vida cura” y “Savia”. El aporte del violín y los teclados brindaron una buena variedad de matices a la fusión de estilos. Camila Andersen se lució desde las voces en “El cuerpo sabe” y antes de “Romance con el desapego”, su hermano Sebastián aconsejó: “Para llegar a un futuro mejor hay que pensar qué podemos ceder para que suceda”. El final llegó con “El riesgo” y al despedirse, reconocieron que se iban “cargados de energía”.

Los Tipitos arrancaron con “Flor negra”, cuando la luz natural comenzaba a apagarse. Inmediatamente y mientras se acomodaba el sonido, “La ley de la ferocidad” y “Apostar al amor” levantaron a los presentes.
Con más de 25 años girando, en 2019 lanzaron “De mi flor”, un disco folclórico. De este nuevo material eligieron probar en vivo “La sanatera”. Su breve y tranquilo recital concluyó con los clásicos “Silencio”, “Algo” y “Campanas en la noche”.

A la hora programada salió la banda que la mayoría esperaba: Eruca Sativa. El power trío cordobés, de gran crecimiento en los últimos años, demostró toda la fuerza que lo caracteriza y se llevó la aprobación de la gente. “Japón” fue el puntapié inicial y el pogo continuó con “Magoo” y “Confundiste”.  Luego de “Para que sigamos siendo”, uno de sus mejores temas, bajó algunos cambios con la versión de “Amor ausente” (compuesta por Claudio Pacheco y Eduardo Bechara). Antes de saludar, Lula Bertoldi dijo: “Gracias por hacer que esta muestra siga año tras año. Y por apoyar a la gente que ama lo que hace”.

El cierre quedó a cargo de Kapanga, a esta altura infaltables en cualquier festival. El quinteto de Quilmes inició su concierto con “Descarte”, “El universal” y “En el camino”. Para “Angus Young”, el Mono le cedió el micrófono a Walter Meza, de Horcas, que mandó a quienes crean que el rock está muerto “a la concha de la lora”. Junto a Pablo Coll -de 2 Minutos– interpretaron “Fumar” y “La taberna”, cuyo agite provocó una buena cantidad de tierra en el aire. Antes de los primeros acordes de “Bailarín asesino” invitaron a Juanchi Baleirón, líder de Los Pericos. Y después, el final obligado de todas sus presentaciones: “El mono relojero”.

Muestra Música celebró una década de vida con una fiesta a la altura de las circunstancias. Aquella pequeña feria nacida en La Plata mutó hasta convertirse en la exposición musical más grande de Sudamérica, capaz de convocar a 40 mil personas en dos días. Además, se posicionó como punto de encuentro ineludible para todos los actores de la industria. Artistas, productores, managers, técnicos y el gran público se dieron cita en Palermo alrededor de la protagonista más importante: la música.