La ciudad de Ranchos queda a unos 120 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y, si bien es conocido por su laguna o el fortín en cercanías del Río Salado, también hay una historia deportiva: la Estancia Negrete fue el escenario del primer encuentro oficial de polo que quedó debidamente documentado en las notas periodísticas, pese a que hubo otros partidos más informales.
La práctica llegó a nuestro país de la mano de los ingleses, como David Shennan, quien fue propietario de la estancia a partir de 1870. En la jornada inaugural del 30 de agosto de 1875 se presentaron los equipos Ciudad y Campo. La crónica registra que Campo marcó tres goles en menos de una hora, aún cuando tenía un jugador menos por «handicap», y que se jugaron otros seis encuentros ese mismo día.
Lo que le llamaba la atención a los extranjeros era la destreza de los gauchos, que jugaban al pato ya desde la época colonial, en especial en lo que hace a montar en pelo o manejar el caballo con una sola mano. Si a esto le sumamos lo ideal de la llanura para la práctica, se explica el furor que hubo desde la fundación del Buenos Aires Polo Club en 1882, hasta llegar a tener 15 argentinos entre los 20 primeros jugadores del ranking mundial.
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