Norman Bates, Alex DeLarge, Jack Torrance, Lionel Messi y Armandito.

La mirada Kubrick es una técnica cinematográfica usada por el célebre director Stanley Kubrick que, por la contundencia de su efecto visual, emocional y piscológico, quedó en la historia del séptimo arte. Es intensa y penetrante. Además, suele relacionarse con emociones fuertes como la ira, la locura o la determinación.


Verán -luego de la recreación que mi gato Armando se mandó este sábado-, algunas de las más icónicas.

Con Alex DeLarge, personaje principal de La Naranja Mecánica, interpretado por Malcolm McDowell, en 1971 empezaba a hacerse recurrente, cuando el malchico escuchaba música de Beethoven en su habitación.


Desde 1980 hasta la eternidad, quién vio y vea El Resplandor sabrá, gracias a esa característica forma de mirar a cámara, que el bueno de Jack Nicholson descendía por completo a la locura. Una vez que el personaje Jack Torrance la realice, comenzarán las persecusiones, gritos y hachazos.

Previamente, en 1960, Alfred Hitchcock había utilizado este medio para retratar el estado del aficionado taxidermista Norman Bates, en la que será mi película favorita desde siempre hasta el final de mis días: Psicosis. Cuando Anthony Perkins ya no azote en aquel albergue camino a California, un gran primer plano lo captará con ese particular gesto.



A modo de anexo, diré que en casi 36 años pasé por todo en mi relación con el fútbol. Fui fanático de Boca, supe las formaciones de cualquier club y más adelante sólo conocía la del Xeneize. Después no sabía ninguna. También fui aquel que se interesaba solamente cuando llegaba el Mundial y ahora soy el que va a ver a Atlanta dentro de un rato. A todos ellos la vida les debía ver a Argentina campeón del mundo.

Cuando noté que Messi salía así, entendí que estaba completamente decidido a que no se le escape esta vez. ¿Cómo no iba a conseguir verlo, de una vez, en 2022? Si el líder y capitán del equipo estaba completamente loco e intimidaba a cualquiera de esa forma.