Como comentamos en columnas anteriores, es inminente el estreno de “Argentina, 1985”, la producción local de más alto perfil de 2022, que está teniendo un exitoso recorrido por los festivales europeos y que quizás se posicione como el candidato de nuestro país para la próxima temporada de premios. La película llegará a los cines argentinos este jueves 29 de septiembre.

Además de la resonancia global que tiene su historia (que retrata el Juicio a las Juntas que en 1985 puso en el banquillo de los acusados a los responsables de la última dictadura cívico militar), el film ha suscitado la discusión en torno a la exhibición en salas de cine y el monopolio de las plataformas de streaming, que coloca a la distribución en el centro de la clave para el futuro del cine. 

Históricamente, la ventana de tiempo entre el estreno en cines y la llegada de la película a los hogares (tiempo atrás, a través de dispositivos como el VHS y el DVD; en la última década por las plataformas) solía ser de al menos 3 meses. La pandemia redujo esos tiempos a 45 días. Para el estreno de “Argentina, 1985”, Amazon Prime Video (que produjo la película junto a Infinity Hill, La Unión de los Ríos y Kenya Films) estableció ese lapso en sólo cuatro semanas. 

Por ello y a modo de protesta, las cuatro principales cadenas multi-pantalla del país (Cinépolis, Hoyts, Cinemark y Showcase), –que reúnen 350 salas en todo el territorio, el 40%-, han decidido no proyectar la película.

Sin embargo, la película se podrá ver en 200 salas de cadenas menores (mal llamadas independientes) que estrenarán la película de Mitre: Atlas, Multiplex, Cinema Devoto, Cinemacenter, Sunstar, CPM, Dinosaurio, Monumental, Cines de la Costa, Cinema La Plata, Cinema Adrogué y Lumiere Films, entre otros. Lamentablemente, en la Ciudad de Buenos Aires esta lista se reduce a sólo 9 salas.

La Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica instó a las cuatro grandes cadenas a revisar su decisión, y pidieron apoyo al INCAA, que aún no se pronunció al respecto. Esto se enmarca además, en la situación de declive general que está padeciendo la industria audiovisual argentina en particular, así como las industrias culturales en general. La mala gestión de estos organismos, y la inoperancia de las autoridades, están atentando contra el que es, sin dudas, el producto cultural más relevante de este año en nuestro país. Finalmente, y como si no faltaran quilombos, mientras tanto está en veremos la ley de financiamiento de las industrias culturales, que tiene media sanción de Diputados y se está exigiendo se trate en Senadores para su sanción definitiva en los próximos días.

Argentina, 1985” es una película que genera mucho interés y promueve el debate, no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero. Desde su argumento, pone sobre la mesa conceptos como la democracia, la justicia y la fragilidad del estado de derecho, en un contexto donde el mundo atraviesa situaciones que cuestionan esas bases. 

Además, desde lo estrictamente comercial, la participación como productora de Victoria Alonso (la argentina de mayor poder y presencia en Hollywood desde su lugar como presidenta de los estudios Marvel) fortalece todavía más las perspectivas que se vislumbran para la película en el resto del mundo y en particular en el mercado norteamericano (donde se estrena un día después que en nuestro país), y que terminan siendo fundamentales para extender el recorrido de la película -eventualmente- hasta la próxima temporada de premios.

Dicho todo esto, los invitamos a acercarse a estas salas a partir del 29 de septiembre, para apoyar al cine argentino y en particular a esta película, tan importante para la historia argentina.

PD: Agradecemos a Laila Montero por echar luz sobre este tema con su infinita sabiduría y conocimiento.

Sinopsis oficial: Argentina, 1985 está inspirada en la historia real de los fiscales Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo, que se atrevieron a investigar y perseguir la dictadura militar más sangrienta de Argentina en 1985. Sin dejarse intimidar por la todavía considerable influencia militar en la nueva y frágil democracia, Strassera y Moreno Ocampo reunieron un joven equipo jurídico de dudosos héroes para su batalla de David contra Goliat. Bajo una amenaza constante sobre ellos y sus familias, corrieron contra el tiempo para hacer justicia a las víctimas de la junta militar.